En esta vida hay que ser originales incluso para enseñar. Y no cabe duda de que, como es lógico, la originalidad siempre va a ser clave a la hora de conseguir captar la atención de todas aquellas personas (adultas o jóvenes) a las que se supone que le estamos enseñando algo. Por ende, todos los profesores y profesoras deben tener en consideración un punto como este para procurar que las posibilidades de que sus pupilos aprendan lo que se supone que se les está enseñando sean lo más grandes posibles. Para eso se les paga.