Uno de los sectores que más potencia ha tenido y todavía tienen en nuestro país es el textil. Desde los tiempos de la Revolución Industrial nuestro país ha tenido un buen manojo de empresas que han colaborado a hacer del sector una fuente de ingresos que nada ha tenido que envidiar al de otros países. Aunque comenzó siendo una industria con mucha potencia en una zona como lo es la provincia de Barcelona, lo cierto es que se ha expandido a lo largo y ancho de todo nuestro país con el paso de los años.
Seguro que a medida que se vaya acercando la primavera muchos de vosotros veréis que multitud de tiendas y grandes firmas sacan a relucir nuevos modelos y prendas para gozo de sus clientes y clientas habituales. Sin embargo, no todo triunfa. El sector textil posee una competencia muy dura dentro de nuestras fronteras y ese es el motivo por el cual es importante destacar por encima de nuestra competencia. Ese es el motivo por el cual no hay que descartar ningún medio que nos pueda ser de utilidad para vender.
Un artículo del portal web Modaes publicado en agosto del año pasado puso cifras a esa competencia que tiene lugar en el sector textil. Y es que son más de 20.000 las empresas que se dedican a esta actividad según dicha noticia, una cifra que, por otra parte, había sido inalcanzable desde 2011. Este dato seguro que pone en guarda a más de una de estas empresas. Y es que las posibilidades de comprar ropa son tantas a día de hoy que es completamente imposible quedarse con un alto porcentaje del público al que pretendemos dirigirnos.
Teniendo en cuenta la gran cantidad de empresas que se dedican al sector textil en la actualidad y de las que hablamos a lo largo de este artículo, es evidente que es imprescindible hacer algo especial o diferente para tratar de llevarnos a más cantidad de público. En Liquistocks nos han comentado algo que nos parece de lo más interesante: dicha entidad tiene un cliente que suele adquirir liquidaciones de ropa de diferente clase para revenderla. Pensaréis que quizá es una idea algo extraña puesto que dicho cliente no va a vender, de este modo, modelos ni prendas que acaben de salir al mercado. Pero lo que sí puede hacer es venderlos a un precio muy bajo manteniendo e incluso aumentando su margen de beneficios. Lo cierto es que la idea le ha funcionado a dicho cliente y que ha dado un salto de calidad en lo que se refiere a su volumen de clientes.
Esta es la mejor prueba de que hacer las cosas de una manera diferente tiene sentido y puede conducir a una gran explosión de nuestro negocio. El cliente del que hemos hablado seguro que no se arrepiente en absoluto de la mecánica de trabajo que ha implementado en los últimos tiempos. De hecho, pondríamos una mano en el fuego a que va a seguir operando de una manera bastante similar a la que acabamos de comentar.
No obstante, cabe destacar que para que este tipo de «reventa» salga bien y rentable, debemos adquirir ropa confeccionada con textiles de primera calidad y, o bien de forma artesanal, o bien con maquinaria experta. De este modo, nos aseguraremos de que la ropa, aunque no pertenezca al catálogo de última temporada de las marcas, sea ropa vendible tanto por su diseño como por su calidad. En Jorge Sempere, empresa experta en maquinaria textil, nos han asegurado que una misma prenda puede tener acabador muy diferentes dependiendo de la maquinaria usada para su confección por lo que, a pesar de usar los mismos tejidos, debemos tener en cuenta el acabado de la prensa, dsde las costuras hasta los cierren en cremalleras, cuellos, puños, botones, etc.
Un sector que vuelve a crecer
Después de unos años de crisis, parece que el sector textil ha vuelto a recuperar la potencia de la que antaño hizo gala. Según un artículo publicado en el diario Expansión, el sector textil volvió a crecer en 2016, llegando a facturar un total de 18.012 millones de euros y creciendo en torno a un 1’5%. Estos datos, además, se están complementando con los que llegaron en 2017 y con las buenas sensaciones que han llegado en 2018.
Es evidente que no a todas las empresas que componen el sector les ha ido igual de bien. Las grandes cadenas, por regla general, han tenido unos buenos resultados. Los pequeños comercios han sufrido más y han estado más obligados a tirar de originalidad para atrapar a sus clientes. En esa originalidad está apostar por ropa por la que no todo el mundo apostaría, cómo ha hecho ese cliente de Liquistocks del que venimos hablando. Su estrategia ha funcionado, desde luego, a las mil maravillas.
Como en todos los ámbitos de la vida, la originalidad siempre está expuesta a mayores dosis de éxito que la simple imitación de lo que otros hacen. Esta regla se puede aplicar perfectamente a lo que venimos comentando acerca del sector textil. Y es que, ante la apuesta por modelos que son nuevos pero que tienen todas las superficies, apostar por prendas que tengan un poquito más de tiempo pero a precios reducidos o súper reducidos es una variante muy a tener en cuenta y que seguro que está muy bien valorada por el grueso del público de este sector.