Hay a quien le da por una cosa o por otra cuando se pone nervioso. A unos les da por comerse las uñas, a otros por apretar las mandíbulas, otros sudan, otros se ponen malos del estómago y a mí me da por comer. Como por ansiedad, lo sé, y soy consciente, a veces incluso como por aburrimiento, pero me cuesta mucho evitar ese comportamiento. De hecho, la situación de país estos pasados meses (y lo que nos queda por llegar) con el Covid19 ha hecho estragos en mí. Por un lado, el confinamiento provocó que si antes me movía poco luego me moviera menos. Iba del ordenador, a teletrabajar, al sofá del salón para ver la televisión. Mi mayor movimiento era jugar con mi hija pequeña en el suelo. Sedentarismo total, y ahí no acaba la cosa.
Obviamente, durante el confinamiento nos aburrimos todos, y mucho, así que el resultado fue comer más. Para colmo, cuando acabo el confinamiento, lógicamente, me negué a ponerme a dieta porque ahora es cuando iba a poder empezar a pisar la calle para algo de ocio, tomarme alguna cañita con su tapa, etc. Conclusión, varios kilos de más y un estado físico lamentable. Por eso, y a pesar del calor, empecé a hacer ejercicio la semana pasada y el resultado ha sido una rampa impresionante en el gemelo que se ha traducido en una lesión muscular llamada rotura fibrilar. No es grave (según se mire), pero duele mucho y lo mejor es buscar ayuda profesional para tratar este tipo de lesiones.
El caso es que me duele tanto al caminar que he optado por dos tipos de tratamientos, la fisioterapia de Centro Avance y la quiropráctica de Clínica Óscar Díaz y, aunque sigo bastante mal, la diferencia en cuestión de una semana es notoria.
El caso es que he hablado con los dos, primero con mi fisio y luego con el propio Óscar Díaz, sobre mi lesión, sobre cómo me la hice y también sobre lo llenas que veo sus clínicas y la respuesta de ambos es la misma: el confinamiento ha causado estragos.
El deporte, poco a poco
Por lo visto no soy la única que ha ganado unos kilos estos meses y que ahora, sin entrenamiento previo ninguno, se ha lanzado a hacer deporte como si no hubiera un mañana. Si a eso le sumamos a todos los “estresados” que en cuanto el Gobierno dio permiso para salir a correr a la calle, tuvieran experiencia previa o no, se lanzaron también como locos con tal de pisar suelo asfáltico para algo más que ir al supermercado, el resultado ha sido el de muchísimos deportistas amateurs con lesiones, algunas más graves y otras menos, pero igual de dolorosas.
Según me han contado, durante estos meses han tenido esguinces de tobillo, fracturas, lesiones en ligamentos, roturas fibrilares y muchísimos problemas más, y la mayoría de estas lesiones fueron provocadas por realizar ejercicios para los que nos e estaba preparado o un entrenamiento sin estiramientos previos.
Y es que, y yo soy aquí la primera culpable, no se puede pasar de cero a cien de golpe. No podemos pretender haber estado meses y meses, o incluso años, sentados en un sofá y luego un día ponernos a correr como locos para empezar a bajar kilos o para ponernos atléticos y fuertes, y si lo hacemos, lo más normal es que a cambio obtengamos este tipo de consecuencias.
Me he informado al respecto y por eso hoy os traigo algunos consejos para evitar lesiones.
- Calienta antes de empezar a hacer ejercicio. Debes preparar tu cuerpo para el esfuerzo que va a hacer, gracias a él conseguiremos un mayor flujo de sangre y oxígeno a los músculos, mayos flexibilidad y mayor relajación. Para calentar, estira todos los músculos, no te olvides de ninguno, e incluso masajéalos mientras los estiras. Luego puedes hacer una ligera carrera suave antes de empezar con el deporte.
- Usa el equipo correcto: si vas a correr por calzada no debes hacerlo con unas zapatillas de mercadillo, sin suela y poco flexibles, debes hacerlo con unas buenas zapatillas ergonómicas. Si vas a practicar ciclismo usa casco, rodilleras, coderas, y un calzado adecuado. De lo que se trata es de no correr riesgos innecesarios.
- Usa una buena técnica: si vas a practicar un deporte que no has practicado antes nunca necesitarás consejos de un experto que te ayude a entender dicho deporte y cómo debes practicarlo. Si tienes una mala postura al hacer los ejercicios o una mala técnica, es probable que acabes teniendo problemas y dolores.
- No traspases tus límites: todos los tenemos, y por mucho que te digan que puedes llegar a más, si no te ves capacitado, es mejor que no fuerces la máquina. Si quieres apretar, debes hacerlo despacio, cada día un poco más, de forma gradual para evitar lesiones.
- La recuperación: después de practicar deporte debes caminar para enfriar tus músculos poco a poco y estirar de nuevo, así evitarás lesiones.
- Hidratación: no olvides beber mucho líquido, sobre todo y estamos en verano. Es verdad que beber mucha agua puede provocarnos flato pero si das pequeños tragos durante tu entrenamiento te mantendrás hidratado y no tendrás ese molesto problema.
- Nutrición: mantén una dieta equilibrada, no hacerlo podría provocar que tu organismo sintiera la falta de ciertos nutrientes. Por ejemplo, su a tus músculos les falta azúcar, tendrás rampas y tirones, pero para conseguirla no necesitas inflarte a chocolate, basta con un poco de carbohidratos. Si necesitas ayuda para seguir una buena dieta sana y equilibrada pide consejo a un nutricionista.
- Masajes: si no puedes pagártelos hazlos tú mismo pero lo ideal es que un profesional masajee tus músculos para recuperar el flujo de sangre y oxígenos en el cuerpo.
- Descanso: nunca olvides descansar. Es casi más importante que el deporte. El descanso y el deporte se complementan, si uno de los dos falla tu entrenamiento se quedará cojo y no obtendrás los mismos resultados.
- Y cuídate, pues tú sabes mejor que nadie hasta donde puedes llegar y qué necesitas en cada momento.