En España cada vez es mayor la cifra de ancianos respecto a la cifra de nacimientos, jóvenes y personas que trabajan. Pero no solo eso, sino que obviamente, lo que conlleva es que cada vez más son las personas que necesitan de atención y cuidados debido a la pérdida de capacidades para cuidarse ellos mismos sin ayuda de nadie.
El que más y el que menos ha crecido conviviendo con los abuelos en casa, cosa normal porque culturalmente ha sido costumbre, marcada por obligación y responsabilidad moral, el ocuparse de nuestros mayores cuando ellos ya no pueden hacerlo. Ha sido y es costumbre aunque lamentablemente siempre hay caso de personas abandonadas por sus familiares en el peor de los casos, o que no tienen familia que se ocupe de ellos. De todos modos circunstancias hay muchas que pueden justificar diferentes medidas, pero nunca el abandono y la soledad.
Está claro que hoy en día la vida ha cambiado, y que lamentablemente se quiera o no quiera, siempre es necesario más de un sueldo en el hogar lo que obliga a que las personas que tradicionalmente se han ocupado de los abuelos, sus hijos, lamentablemente tengan que pasar la mayor parte del tiempo fuera de casa trabajando. Es entonces cuando hablamos del peliagudo problema de la conciliación familiar, pues no solamente es un problema para con los niños, sino también para con las personas dependientes, ¿cómo se puede cuidar a una persona cuando o bien no estás en casa porque tienes que pasarte el día trabajando o bien no tienes dinero? ¿Cómo vas a dejar de trabajar con el gasto que supone la vida diaria y más si cabe si tienes la necesidad de contratar a algún especialista para que te ayude a cuidar a tus mayores? Si ya supone un gasto contratar a una persona para que atienda y acompañe a los abuelos cuando tú no puedes hacerlo porque tienes que pasarte el día trabajando fuera de casa, solo tenemos que pensar en la posibilidad de que estas personas tengan problemas o necesidades especiales que requieran de ayuda profesional cualificada, lo que supone mucho mayor gasto.
Lo que está claro es que a nadie le gusta meter a un extraño en casa, sobre todo si tu no vas a estar, dejar a una persona mayor al cuidado de alguien que no conoces es un riesgo, requiere de un ejercicio de confianza difícil de hacer, ni que decir tiene que a nuestros mayores tampoco les hace ninguna gracia que de repente le pongan un vigilante extraño y que invada su intimidad en sus necesidades diarias. Esto es algo lógico para cualquiera, y es un proceso por el cual todos pasaríamos, un período de adaptación, menos mal que hay mucho profesional que comprende la situación, cuentan con ello y se arman de paciencia. Bi2T es una empresa que se dedica al cuidado de personas mayores a domicilio en el término municipal de Madrid y, según sus profesionales, casi siempre, el problema con la familia, viene dado por la paciencia, por eso aconsejan elegir a la persona adecuada, por ello lo mejor es acudir a profesionales del sector, con referencias y que sean capaces de ofrecernos los servicios que se adecúen a nuestras necesidades.
No los abandones, el día de mañana podría ser tú
Fórmulas existen al igual que muchas circunstancias, podemos encontrar personas para el cuidado de nuestros mayores en el hogar, así como para personas dependientes de todo tipo, al igual que existen residencias especializadas donde pueden encargarse de las personas con necesidades especiales que no pueden ser atendidas en casa correctamente. Pero lo que no puede ser bajo ningún concepto es que esas personas que han cuidado de nosotros toda su vida pasen a ser olvidados, el abandono jamás está justificado, hay que tener muy poco corazón y muy poca catadura moral para mirar hacia otro lado y dar la espalda a esas personas que antes nos cuidaron a nosotros, aunque parezca mentira esto sucede, demasiado, aunque no lo podemos llegar a creer y nos produzca un auténtico rechazo la cantidad de personas mayores que viven en soledad es muy grande, es lo peor que les puede, nos puede pasar a cualquiera, vernos solos y abandonados por nuestros seres queridos. No hay que olvidar que todos tenemos corazón, todos tenemos necesidades y que todos pasamos por las mismas etapas de la vida, no hagamos a los demás lo que no queremos que nos hagan a nosotros mismos.