Afortunadamente, la sociedad se ha abierto a las nuevas tendencias en los últimos años y décadas. Ya apenas existe esa tendencia que existía antaño de ocultar lo que uno o una realmente era por el hecho de controlar ese “qué dirán” que tan propio ha sido de un país como España. Es el momento idóneo para decir, libres y liberados de la gran roca de los complejos, lo que realmente somos o lo que queremos llegar a ser. Y quien no lo entienda, que salga de nuestra vida. Así de sencillo.
Uno de los colectivos que mejor se definen con el primer párrafo que acabamos de concluir es el de todos aquellos hombres que hayan encontrado en vestirse con ropa de mujer una de sus mejores y grandes aficiones. Y ojo, que no todos tienen por qué ser homosexuales todos aquellos que tienen esta noble y respetable afición, si bien es cierto que los homosexuales copan un porcentaje importante dentro de este colectivo.
¿Por qué pueden algunos hombres tener una afición como la que acabamos de describir? El portal Broadly ofrece una versión de lo más interesante: los hombres que se visten de mujer lo hacen para explorar su parte femenina, una parte que, por supuesto, todos los hombres tienen (por muy varoniles o machos que ellos mismos se sientan) pero que tan solo algunos pocos son capaces de llegar a conocer. El artículo, muy recomendable por nuestra parte, cuenta las experiencias de Sofía, Lola y Esmeralda, tres ‘crossdressers’ que se visten de mujer de manera ocasional.
Vestirse de mujer es algo habitual también entre aquellas personas que se definen como género neutro, personas que, con mucho sufrimiento y no menos sacrificio, han conseguido que se les reconozca en amplias partes de Europa o del mundo tal y como cuenta en el artículo que aquí enlazamos del diario El Mundo. Por supuesto, labores como la que realiza la Comunidad de Madrid con su programa LGTBI ha hecho mucho por esta clase de personas.
Sea cual sea el caso que ataña a cada uno, lo cierto es que vestirse de mujer es una labor cada vez más recurrente en los hombres de hoy en día. La ropa de mujer es más visual, más nueva, más rompedora y es precisamente eso, junto con la cantidad y calidad de las prendas, lo que llama la atención de muchos hombres que se sienten fascinados por la moda femenina y que encuentran en ella un medio increíble para sentirse cómodos consigo mismos, algo de lo que por desgracia no puede disfrutar todo el mundo.
Colecciones de moda como HHG, Giles o Burberry vienen a demostrar que la moda femenina es mucho más completa que la masculina y de ahí que la pasión por estos estilismos sea mucho mayor.
Hace falta más visibilidad, más educación y más trabajo desde el sector público
Sólo desde tres puntos de vista podemos llegar a evitar todos esos prejuicios que sufren todos los hombres que tienen como hobby vestirse como una persona del sexo contrario.
- En primer lugar, ofreciendo para ellos una mayor visibilidad en los medios de comunicación, algo que resulta imprescindible para comenzar a concienciar a la sociedad de que esta clase de personas ha venido para quedarse entre nosotros y nosotras y que merecen todo el respeto del mundo.
- En segunda instancia, la educación es un elemento de primera necesidad en esta labor, exactamente como en tantas y tantas otras. Si no comenzamos a mostrarles a los más pequeños y pequeñas la existencia de personas a las que les gusta vestir como su género opuesto, probablemente jamás llegarán a aceptar a todos aquellos que efectivamente se encuentren en una situación como tal.
- Finalmente, el sector público, en su labor de conseguir una equidad social firme y efectiva, debe hacer posible todo cuanto esté en su mano para que todos los colectivos tengan la posibilidad de no ser maltratados por la sociedad, ya sea desde el punto de vista de la legislación o del de la promoción. Cualquier ayuda será bienvenida.
La sociedad avanza y con ella debe avanzar también el cerebro humano, de eso no cabe ninguna duda. Aunque no es mentira que existen todavía muchos descerebrados y descerebradas que se atreven a catalogar a todos esos hombres a los que les gusta vestirse de mujeres como monstruos, lo cierto es que la mayoría de nuestra población comienza a mostrar su aceptación hacia ellos. ¿Por qué? Porque es lo que realmente se merecen.