Cómo identificar cuando debes de cambiar de psiquiatra

Comparrit

El estresante ritmo de vida diario y algunas situaciones que se nos quedan grabadas en la memoria son el caldo de cultivo perfecto para generar diferentes patologías mentales que escapan a nuestro control, pero que se pueden tratar a través de psicólogos y psiquiatras.

Y no hay nada de malo en ello, ya que a pesar de lo que la sociedad pueda pensar, los problemas psicológicos como los traumas o los complejos son algo normal, y acudir a un especialista es un acto valiente, ya que demuestra la fuerza y objetivo de esa persona por ser feliz.

Pero no siempre nos encontramos con profesionales con los que nos encontramos a gusto. Esto no significa que sean malos profesionales, sino que simplemente no encajan con nosotros, y en un tratamiento tan especial como el psicológico o el psiquiátrico, es fundamental tener una conexión con el terapeuta.

El artículo de hoy precisamente va orientado a conocer cuáles son las pistas que nos indican que tenemos que cambiar de psicólogo o psiquiatra. Como veremos, hay diferentes elementos que nos van a forzar al cambio, y quizá el más destacado sea el de la especialidad del terapeuta.

Las pistas para levantarte del diván y salir por la puerta

Nunca deberías sentirte juzgado ni criticado por el terapeuta, pues nadie en esta vida es perfecto. El profesional de la psicología debe intentar comprender tu situación, y aunque no la comparta, no debe imponer su opinión. La relación terapeuta-paciente es una relación profesional en la que el psicólogo debe darte las herramientas necesarias para poder mejorar tu bienestar psicológico. Un terapeuta que juzga y critica abiertamente a sus pacientes no es un buen profesional.

Detecta la especialidad del psiquiatra a la hora de elegirlo. Puede que el profesional que visitas no sea el psicólogo que necesitas. Dentro de la psicología hay distintas especializaciones, y no todos los psicólogos poseen las competencias necesarias para ayudarte en cualquier tipo de problema.

Este es un tema muy relevante a la hora de recuperarte de un trauma, adicción o cualquier enfermedad psicológica, ya que el especialista puede detectar y corregir mediante diferentes técnicas la patología. Una rama bastante general es la de la psicoterapia, y en Alicante encontramos al Dr. José A. Hernández Hernández, un psiquiatra psicoterapeuta cuyo objetivo es el abordaje simultáneo de los aspectos biológicos y psicológicos de los problemas mentales del adulto, asi como del niño y del adolescente, evitando enfoques parciales que tradicionalmente han perjudicado al paciente psiquiátrico.

Cuando habla mucho el psiquiatra y no te deja hablar a ti de manera continua, estamos ante una pista. Está bien que el terapeuta, durante la sesión de terapia, exponga ejemplos de situaciones similares a las de tu problema para que puedas sentirte identificado.

Esto puede ayudarte a entender el problema desde otra perspectiva y, además, puede favorecer el clima de confianza o rapport. Ahora bien, cuando el terapeuta habla demasiado sobre sí mismo, no es nada positivo. Algunos terapeutas pueden verse tentados a hablar de sus logros, sus dilemas, sus trabajos, artículos, familias, etc. Pero peor es aún cuando revelan aspectos personales de la vida cotidiana, como, por ejemplo, prácticas sexuales.

Si te cuesta mucho comunicarte con el psiquiatra, es que no es el adecuado. Estudiar la carrera de psicología puede aportarte conocimiento sobre la salud mental y la psicoterapia. Pero, además de este conocimiento, es necesario que los terapeutas dominen ciertas habilidades interpersonales y habilidades de comunicación. Una de las claves de la relación terapeuta-cliente es que exista buena comunicación y entendimiento entre ambos actores, de manera que se cree una buena alianza terapéutica. De existir problemas en esta relación profesional, es posible que no se produzcan los beneficios esperados. Puede que el problema sea la actitud del terapeuta o simplemente que no haya feeling entre ambos.

Si hay una relación que pasa lo profesional, no dudes en expresarlo. Aunque para muchos puede parecer extraño, algunos terapeutas pueden sentir una conexión emocional con los clientes que va más allá de la relación profesional.

Si, por ejemplo, el psiquiatra siente atracción física por su paciente, es posible que deje de ser objetivo a la hora de tratar al cliente. Si notas comportamientos poco profesionales, como abrazos o caricias repetitivas hacia ti, puede que el terapeuta esté cruzando la línea. Además, para tener una relación terapéutica sana, es contraproducente que ocurran encuentros terapeuta-paciente fuera del consultorio.

Si no te deja hablar, entonces tenemos un problema. Las sesiones terapéuticas son espacios de interacción en los que las emociones pueden estar a flor de piel. Por tanto, el terapeuta, además de dar pautas de actuación, debe escuchar activamente (es decir, debe estar con los cinco sentidos) al paciente. Los terapeutas que interrumpen continuamente las sesiones, provocan que se pierda la conexión y la sensación de confidencia que se ha creado. Pero, además de interrumpir, tampoco es positivo que éste no recuerde datos importantes de tu caso.

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