Aunque no son muchos los modelos que siguen rodando por el mundo, aún podemos ver algunos Seat 600 originales que ya son prácticamente de coleccionista. Del mismo modo, hay vehículos que ahora son denominados “vintage” que hacen las maravillas de aquellos que aman el mundo del motor pero ¿cómo puede ser que sigan en funcionamiento? Par aun vehículo con más 10 o 15 años es complicado pasar la ITV, a no ser que el propietario haya ido renovando todas las piezas del motor y tubo de escape, algo que no suele pasar, así que para esos vehículos con más de 40 y 50 años la situación debe ser, cuanto menos, tediosa.
Y sin embargo ahí están, recorriendo concentraciones mundiales de vehículos clásicos, guardados en garajes de coleccionistas que los exhiben solo para mostrar lo orgullosos que están de sus adquisiciones, o circulando por carreteras secundarias al más puro estilo del viaje “on the road” americano, transitando por la ruta 66.
Así pues ¿por qué hemos de cambiar el resto de la humanidad de vehículo cada cierto tiempo? La realidad es que las piezas se desgastan, se estropean y se rompen de tal modo que, pasados unos años, resulta más rentable comprar un coche nuevo que arreglar el viejo. Aunque, ¿es eso del todo cierto? ¿No sería posible que un vehículo cuya carrocería esté intacta, con neumáticos nuevos, frenos, amortiguadores, e incluso con un motor nuevo, pueda seguir circulando siendo rentable para el propietario? Pues, aunque muchos no lo crean, sí que es posible.
Motores reconstruidos
Lo que no tiene mucho sentido es cambiar el motor de un vehículo destrozado por el paso del tiempo, pero si tu vehículo está en buen estado y siempre has llevado un cuidado mínimo de sus piezas, revisiones, cambios de aceite y demás, tal vez te interese saber que comprar un motor reconstruido es mucho más económico que comprar un vehículo nuevo y, por supuesto, estarías contribuyendo con el medio ambiente pues, al fin y al cabo, un motor reconstruido es un motor reciclado.
Dicho esto, muchos lectores pensarán ¿cómo voy a comprarme un motor reciclado, de segunda mano, que puede fallar en cualquier momento? En Reconstruidos Mober nos han explicado la diferencia entre un motor de segunda mano y un motor reconstruido:
- Motor de segunda mano: un motor que ha sido usado por un periodo de tiempo y que, estando en buen estado, se revende para que pueda ser instalado en otro vehículo el tiempo de vida útil que le quede.
- Motor reconstruido: un motor que ha sido desmontado por completo y vuelto a montar sustituyendo o arreglando aquellas piezas que, por el desgaste, pudieran tener cualquier tipo de problema.
De este modo, el motor reconstruido es, en muchas ocasiones, mejor que el original, puesto que las piezas que pudieran haber salido defectuosas de fábrica se sustituyen por otras en perfecto estado de la misma calidad o superior.
Así, un Renault 8, más conocido como el R8, podría circular hoy en día sin problema. O, por ejemplo, un Seat 124 o el tan característico Citroën 2CV. No obstante, esos vehículos seguirán teniendo sus limitaciones, pues no podemos cambiar lo que son y, por lo tanto, carecerían de ciertas medidas de seguridad que los coches de hoy en día sí poseen como, por ejemplo, los airbags o incluso los nuevos sistemas Isofix de retención infantil.
Ahora bien, ¿qué pasaría si una gran parte de la población, en lugar de comprar vehículos nuevos, se dedicará a cambiar el motor cuando fuera necesario? Hablaríamos de un ahorro económico y, por supuesto, medioambiental importante, aunque siempre tendríamos el hándicap de que esos coches seguirían contaminando más que los nuevos diseños de vehículos eléctricos o híbridos.
Tal vez, para seguir en esta línea, deberíamos buscar la posibilidad de modificar los motores de los vehículos, así como las piezas que así lo requieran, para convertir un gasolina en un coche eléctrico, o un diésel en un híbrido, pero creo que esto, por ahora, no sería rentable para nadie.
Y aquí nos encontramos con otra afirmación que, de nuevo, trae sus dudas, pues un informe publicado por el profesor de física de la Universidad de Colonia Christoph Buchal sugiere que el coche eléctrico contamina más que un diésel. El profesor, tras comparar un Mercedes Clase C diésel y el Tesla Model 3 eléctrico en un análisis pormenorizado de las emisiones CO2 que emiten ambos vehículos, llegó a la conclusión de que el eléctrico contamina entre un 11 y un 25% más.
Esto es así porque Buchal ha contabilizado también las emisiones que se generan a través de la recarga de las baterías, algo que hasta ahora no se había tenido en cuenta.
Dicho esto ¿conseguiremos al final encontrar un medio de transporte no contaminante? Y la bicicleta o las piernas no cuentan….