La originalidad, una necesidad en la constitución de nuevas empresas

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La originalidad es una de las claves para que la empresa que nos estamos encargando de sacar adelante o de crear tenga un éxito que le haga ser un negocio próspero y que otorgue beneficios. En los tiempos que corren, los clientes y clientes valoran de una manera muy positiva la originalidad. Y es que, como mínimo, ésta nos permitirá desarrollar nuestra imagen de marca gracias a que lo que hagamos quedará en el subconsciente de las personas que nos visitan o que nos ven. Ser original es clave en el mundo empresarial de hoy en día.

Claro está que no es fácil ser original y triunfar en lo que tiene que ver con el mundo de los negocios. Pero es algo a lo que, en mayor o en menor medida, estamos obligados. Muchos emprendedores y empresarios han trasladado hasta las instituciones públicas la falta de ayudas en un momento como el de la crisis económica, pero lo cierto es que no se puede culpar en su totalidad al sector público de todos los males que tienen que ver con nuestro negocio. Ser original hace que no nos tengamos que arrepentir después.

Por suerte, son muchas las personas que, en España, tienen ideas de lo más originales que terminan siendo embriones de grandes empresas. España es un país de emprendedores y en el que hay muchas personas que tienen buenas y valiosas ideas. Para triunfar, es necesario disponer de ellas. Pero, en ocasiones, ni siquiera con eso basta. Durante la crisis económica que se ha extendido durante más de una década ha habido muchos casos de ello. Pero mejor es ser original y tener aspiraciones que no serlo y tener el futuro pintado de negro.

Una noticia publicada en el diario Expansión durante el año pasado informaba de que, por cuarto año consecutivo, había crecido el número de empresas activas en nuestro país. En concreto, el número de empresas activas había crecido hasta alcanzar los 3’34 millones en el interior de nuestras fronteras, algo que, sin ninguna duda, habla muy bien del carácter emprendedor de nuestra población. Y también hay que recordar algo que ya hemos comentado: y es que muchas de esas 3’34 millones de ideas son realmente extraordinarias.

Otra noticia, en este caso publicada en el portal web Empresa Actual, informaba de que durante el año 2018 España había experimentado un crecimiento en cuanto al número de empresas que componían su economía. En concreto, el número de finales de año reflejaba un superávit de 96.000 empresas con respecto al inicio de año. Desde luego, este es uno de los reflejos más claros de que la crisis económica ha pasado y que tocan tiempos mejores. Tiempos que, para ser original, son ideales.

Ser original es un aspecto fundamental para iniciar una empresa con garantías de crecimiento. Hemos visto que durante el año pasado creció el carácter emprendedor en nuestro país, pero eso no ha sido lo mejor. Según nos han informado desde Trámites Fáciles Santander, una gestoría que tramita muchos de los procesos de constitución de nuevas sociedades, las ideas que muchas de las personas que se encuentran al frente de esas empresas han evolucionado y van dirigidas a nuevos modelos de negocio que han sido desconocidos o no demasiado trabajados en España.

Adaptarse a los nuevos tiempos, fundamental

No solo es importante ser original una vez que damos inicio a una empresa. También es importante serlo mientras esa entidad se encuentra en crecimiento y ya lleva algún tiempo trabajando. Y es que adaptarse a las condiciones que va marcando la sociedad es necesario para que una entidad o una organización vea cumplidos los objetivos y propósitos para los que fue fundada. De lo contrario, el fracaso estaría asegurado. Imaginaos, por ejemplo, que una empresa a día de hoy no hubiera apostado por las nuevas tecnologías y no utilizara ordenadores. Su destino estaría claro.

La sociedad siempre puede cambiar de un modo radical en muy poco tiempo. De hecho, eso es lo normal a día de hoy. Pero hay que tener clara una cosa: ser original es vital sea cual sea el momento en el que nos encontremos. Si no lo somos, no seremos capaces de llamar la atención de nuestros clientes por mucho que tengamos unos precios competitivos o que tengamos una variedad de productos que no sea capaz de poseer nuestra competencia. Todos aquellos que le han dado al coco y que han tratado de ser más originales que el resto han visto traducidas sus expectativas en realidades. Y eso es vital para hacer de una empresa algo rentable.

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